Chile no está preparado para brindar
educación virtual –a nivel básico, medio ni superior– en tiempos del
coronavirus. Esa es la conclusión de varios académicos de diversas
universidades y expertos en el tema ante la medida adoptada de brindar
enseñanza remota a los 3,5 millones de escolares y 1,1 millón de
universitarios que están sin clases presenciales, debido a la pandemia.
A los problemas de conectividad que poseen muchos estudiantes,
especialmente los de menores recursos e incluidos los residentes en
zonas rurales, se suma la insuficiente capacitación de los docentes,
sobre todo los de mayor edad. "En este contexto los sistemas educativos
en todos sus niveles no están preparados para la educación a distancia.
Los docentes se formaron para dar clases en forma presencial, no online,
además no se capacitaron. Si bien se les ha impuesto hacerlo y se están
creando repositorios y el ministerio lo que ofrece es un repositorio de
recursos virtuales, nadie se está haciendo responsable de crear una
escuela online y entornos virtuales de aprendizaje", sentenció el académico de la Universidad de Santiago, Juan Silva.
A eso se suman problemas de orden práctico, por ejemplo, contenidos
que no se pueden dictar de manera virtual, como los laboratorios de
física, química o educación física. Sin embargo, a pesar de las
falencias, los especialistas también afirmaron que esta crisis es una
oportunidad para reforzar los programas virtuales existentes.
"La situación en que estamos no la elegimos y, considerando eso, me
parece que Internet es una tremenda oportunidad para que los profesores
sigan vinculados con sus estudiantes y para generar oportunidades de
aprendizaje en este tiempo", reflexionó la experta de la Universidad
Católica, Magdalena Claro. Eso sí, admitió que "para eso hay que
repensar las actividades que se dan a los estudiantes, considerando el
contexto virtual y las diferencias de acceso".
Conexión insuficiente
Chile es uno de los países más interconectados de Latinoamérica y con
un alto uso de aplicaciones digitales, pero eso no implica que se
tengan las competencias para un uso educativo, alertó José Albuccó,
académico de la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez. "Acceder a la
virtualidad y su información no es sinónimo de aprendizaje. La pandemia
de COVID-19 es, entonces, una oportunidad para que la comunidad
educativa use estos recursos en bien de la adquisición de las
competencias educativas que cada nivel implica", dijo.
Un problema no menor es que la conectividad a Internet no está
garantizada para toda la población, incluidos los estudiantes. "El
acceso a Internet es variable en cuanto a cantidad y calidad, además de
las regiones y las clases sociales (...), pero no necesariamente
calidad, porque, si vives en la periferia, por más recursos económicos
que se tenga, la Internet no llega o es de mala calidad", apuntó Silva.
Al respecto, la experta de la UC agregó que "dada la situación actual
de cuarentena, lo relevante serían cifras de acceso a Internet en los
hogares de los estudiantes y sobre eso no hay datos".
Según cifras del Ministerio de Desarrollo Social de 2019, 632
localidades distribuidas en 170 comunas del país no poseen acceso a
Internet, lo que implica más de 76 mil personas sin conectividad
digital. Dichos datos son liderados por la Región de La Araucanía con
136 sectores, seguida de la Región de Los Lagos con 107 y Coquimbo con
70. Incluso, en la Región Metropolitana hay dos sectores donde no se
puede acceder a la web.
Para Albuccó, si se mira por ciclo educativo, también se dará una
segregación en la conectividad y calidad del acceso de acuerdo a dónde
estén matriculados los estudiantes, según la escuela o la universidad a
la que pertenezcan.
La académica de la Universidad de Concepción, Marcela Varas, señaló
que las condiciones mínimas para la educación virtual son contar con un
espacio tranquilo, un dispositivo adecuado –notebook, tableta o
computador de escritorio con una pantalla de buena resolución–, con una
buena conexión a Internet, estable y con un ancho de banda de unos
512Kb. "Considerando los índices de vulnerabilidad, sospecho que son muy
pocos los estudiantes que cuentan con las condiciones adecuadas en esta
contingencia. El problema del acceso a Internet empeora en comunas
rurales o alejadas", recalcó.
Así, aunque en esta contingencia no ve otra opción, Varas afirmó que
es necesario trasparentar que en muchos casos no se podrá llegar con los
programas educativos.
"Lo principal es entender que los profesores no pueden pretender
pasar toda la materia en forma normal (...), hay que concentrarse en lo
fundamental, tener paciencia y tolerancia con los estudiantes que
tendrán más problemas –conectividad, concentración en casa, etc,–. Será
un enorme esfuerzo de todo el sistema educativo", acotó José Miguel
Piquer, de la Universidad de Chile.
Capacitación insuficiente
Aparte de este tema de conectividad, hay otro factor, el que los
docentes no tienen suficiente capacitación para enseñar sus contenidos
de manera virtual. "Mientras mayor es la edad promedio, menos digitales
son", sintetizó Piquer.
Punto en el que coincidió Silva. "Los profesores de todos los niveles
educativos, incluidos los de educación superior, no están capacitados.
La gran mayoría no posee competencias para una docencia online efectiva. Algunos han sido tutores de cursos online, pero no es lo mismo. El diseñar espacios virtuales no es sencillo, se requiere formación y experiencia".
Para Varas, eso se debe a que la enseñanza virtual no había sido tan
necesaria como hasta ahora. "Los profesores tienen conocimientos y
capacitación en la elaboración de material didáctico de apoyo, el uso de
tecnologías de información para apoyo educativo, pero muy pocos tendrán
experiencia suficiente en una modalidad 100% virtual", añadió.
"Aún tenemos el modelo clásico de aprendizaje en aula, la relación
profesor-estudiante en forma directa en un espacio físico concreto",
puntualizó Albuccó.
Contar con los dispositivos de virtualidad no asegura un exitoso
proceso de enseñanza-aprendizaje, si no se cuenta con una arquitectura
de soporte computacional que asegure la estabilidad de las plataformas
que utilicen los profesores. Muchos docentes que son innovadores en las
metodologías a distancias, ven frustrado su trabajo y esfuerzo en la
preparación de los módulos de aprendizaje por la inestabilidad de las
plataformas, que es –para Albuccó– otra forma de segregación en la
calidad.
"La educación a distancia se realiza generalmente como tutorías en
que el estudiante es el que debe ser dueño de su aprendizaje, es
responsable primero de su educación, los docentes son tutores que
colaboran en los aprendizajes, ayudan a avanzar modelando el
aprendizaje. Entonces el estudiante es más activo, desde que enciende el
computador, se conecta y revisa lo que debe aprender, realiza preguntas
y luego la evaluación, con una constante retroalimentación de su
docente. Esto implica mucho tiempo de preparación de material, lecturas,
cuestionarios, videos, etc. Luego, el acompañamiento de cada
estudiante, lo que muchas veces es más tiempo, sobre todo la primera
vez, como pasa en esta oportunidad", explicó Albuccó.
En Chile no hay casos de colegios que estén haciendo solo educación
virtual, ni tampoco las facultades de educación se han planteado un
escenario tan extremo como el actual. En lo que sí están capacitando
desde la Facultad de Educación de la UC es en la metodología de clase
invertida, que, dicho de manera simple, supone trasladar los contenidos
al espacio virtual –videos, lecturas, screencasts, entre otros–
para dar tiempo dentro de la sala de clases para un aprendizaje más
activo de ejercitación, aplicación, colaboración, entre otros.
"Sin embargo, este es un trabajo reciente y hay unos pocos ejemplos
de colegios privados en Chile que han aplicado esta metodología en
algunas de sus clases. En ese sentido, prácticamente no existe
experiencia de enseñanza virtual en el mundo escolar", admitió Claro.
Contenidos a enseñar
Solo algunos contenidos pueden ser transmitidos de manera virtual, ya
que hay habilidades, como las sociales, que dependen de la interacción
propia como la presencial. "Para las (materias) más teóricas será más
sencillo que las prácticas", comentó Silva.
Albuccó coincidió en que las más complicadas son todas aquellas áreas
de las disciplinas que requieren el desarrollo de competencias y
habilidades in situ, como las artes, ámbitos de la salud o de las ciencias que necesitan la experiencia de laboratorio.
A esto se suma que la enseñanza personal, las vivencias, experiencias
y emociones no son virtualizables de manera sencilla, según Varas.
Para Claro, el espacio virtual favorece la entrega de contenidos,
pero limita las posibilidades de interacción, aplicación,
experimentación, entre otros. Si bien se pueden generar algunas
oportunidades de este tipo, como por ejemplo hacer una discusión en una
videoconferencia o un foro, dadas las distintas condiciones de acceso,
estos encuentros no siempre son muy fluidos, afirmó.
El proceso educativo es más que contenido y habilidades tecnológicas:
tiene un importante proceso de socialización, lo que implica el
desarrollo de competencias sociales, culturales y ciudadanas, recalcó
Albuccó: "Hay instituciones que están dispuesta a perder eso y solo ser
un medio de recursos de capital humano para la economía y no del
desarrollo humano integral".
La académica Varas advirtió que"en el contexto de esta contingencia,
que encuentra al sistema educativo nacional sin las herramientas,
capacidades y recursos, se podrán lograr los aprendizajes cognitivos con
algún grado de facilidad, pero las habilidades de pensamiento superior,
las que se logran a través de la discusión, experimentación y el
intercambio con otros, se podrían postergar para el segundo semestre o
después de la pandemia".
En ese sentido, dijo que "los profesores ingeniosos sabrán cómo
motivar a sus estudiantes y lograr sus aprendizajes, pero los
profesores, como todos, están viviendo su propia cuarentena y hay que
tener en cuenta que también deben contar con las condiciones para poder
trabajar".
Métodos de enseñanza
Actualmente, ya hay una serie de métodos para la enseñanza virtual
como video, conferencias, chats, mails, foros, blogs y creación de
videos, entre otros. Por la experiencia que ha tenido Silva, lo más
usado es una plataforma que articule la entrega de materiales y el uso
de las herramientas de plataforma, que se puede complementar con
videollamadas. El mail, en cambio, es lo menos aconsejable, porque no
queda la interacción en un solo lugar.
En palabras de Varas, para lograr aprendizajes en modalidad no
presencial se deben utilizar recursos diversos como se hace en una clase
presencial y aprovechar las ventajas de la tecnología, en el uso de
wikis o creación de documentos compartidos, simulaciones y animaciones.
En tanto, para la entrega de contenidos se pueden usar videos y dejarlos disponibles en alguna plataforma de streaming. Para discusión y retroalimentación, se pueden usar videollamadas, audiollamadas, foros de discusión, correos electrónicos.
Hay plataformas –LMS Learning Management Systems– que están
especialmente diseñadas para que las instituciones educativas manejen el
proceso de aprendizaje de sus estudiantes, y estas plataformas proveen
muchas herramientas de apoyo. Incluso, hay varias que no requieren pago.
"Lo importante es considerar los objetivos de aprendizaje y diseñar
secuencias didácticas combinando diferentes métodos", complementó Claro.
Por ejemplo, una clase expositiva puede ser transformada en un video o screencast
que los estudiantes pueden consultar en alguna plataforma que se
disponga para el curso. Aquí, sin embargo, es fundamental entender que
no se puede hacer un video con una exposición estática de 45 minutos o
una hora: en general se recomienda hacer videos de entre 7-12 minutos.
Esto implica revisar la materia y seleccionar los nudos críticos,
además de subdividir por temas y producir videos separados para cada uno
de ellos. Estos contenidos se pueden complementar con otros recursos,
como lecturas o videos disponibles en Internet.
"Luego, si teníamos planificado realizar una actividad de discusión
en clases, se puede hacer en una videoconferencia breve –45 minutos a
una hora–, que permite hacer la discusión de manera sincrónica, o foros,
si nos parece que puede hacerse de forma asincrónica", explicó Claro.
Un trabajo grupal puede organizarse con herramientas de creación de
grupos que tienen algunas plataformas y que permiten trabajar de manera
sincrónica o hacerlo de manera asincrónica, pidiendo a los estudiantes
que se coordinen aprovechando sus redes sociales o herramientas para
trabajar documentos de manera colaborativa. En todas estas actividades,
agregó la académica de la UC, el rol del docente es clave para
estructurar, guiar, retroalimentar y acompañar.
"Pero la pregunta, más que por el método, es por el propósito y
objetivo educativo que se pretende lograr. La sabiduría que el profesor
debe tener es elegir los métodos más adecuados para aprendizaje del
estudiante. Cantidad no es calidad y esa calidad debe ser inclusiva para
las personas con capacidades diferentes", remató Albuccó.
Dificultad por niveles
A esto se suma la diferencia según el nivel de enseñanza de los
estudiantes. En ese sentido, son las mismas que en presencial, pero
acentuadas: mientras más jóvenes, más difícil es retener su atención y
comunicar directamente con ellos, según Piquer.
Por eso, es más sencillo con los estudiantes mayores. Hay universidades online
en el mundo que dictan sus carreras en esta modalidad, lo mismo para el
área técnica, "pero ya en primaria y secundaría es menos pertinente,
pues hay menos autonomía, sobre todo en los más pequeños, que no saben
leer, no manejan el computador", afirmó Silva.
La educación primaria pone en contacto al niño o niña con los
aprendizajes y contempla la enseñanza de hábitos, socialización,
respeto, corresponsabilidad, que en forma virtual es más difícil de
modelar. En cambio, "en la educación universitaria este es un recurso
muy usado, aunque existen competencias que necesitan modelamiento con
prácticas y capacitaciones efectivas y pertinentes para cada disciplina
en las universidades", recalcó Albuccó.
Más allá de los problemas de las actuales circunstancias por la
pandemia,Varas precisó que la educación y la tecnología son aliados y
que la necesidad hará que, tanto los profesores busquen y generen
material de apoyo, como que los estudiantes ordenen su tiempo.
"La situación actual nos ha forzado a pensar en las oportunidades
para el aprendizaje que existen en el espacio virtual y para muchos
docentes aprender a usar varias de las herramientas que están
disponibles por primera vez", afirmó Claro.
En este plano, agregó que "la gran mayoría habrá tenido que probar
algunas herramientas digitales y en ese sentido tendrá una experiencia
de enseñanza en línea. Creo que, luego de esto, muchos docentes y
estudiantes tendrán más claro cuál es el aporte que hace al aprendizaje
el espacio virtual y qué aspectos de la presencialidad, sencillamente,
no se logran reemplazar. Sin duda, eso significará que muchos sigan
usando las herramientas descubiertas en este período y se abrirán a
seguir explorando estas oportunidades".
Silva, en tanto, indicó que "esperaría que después de esto se tome
más en serio la formación virtual, las instituciones fortalezcan esta
área, existan en el país universidades, institutos, escuelas en
modalidad virtual o al menos que complementen la presencialidad con la
virtualidad. Es una gran oportunidad para formar a los docentes, a los
estudiantes, para estar preparados para la enseñanza virtual".
Otros, como Piquer, creen incluso que el futuro de la educación es
totalmente digital y a distancia. "Esta pandemia cambiará nuestra forma
de vivir para siempre. En muchos niveles. Pero en el uso y valorización
de la tecnología, para mí, es claro que será radical", concluyó.
Marco Fajardo, El Mostrador.
Fajardo, M. (2020, March 30). Expertos analizaron debilidades de
educación a distancia y coinciden en que "no estamos preparados". El Mostrador.
Recuperado el 31 de marzode 2020, de:
https://www.elmostrador.cl/cultura/2020/03/30/educacion-a-distancia-para-millones-en-plena-crisis-sanitaria-expertos-advierten-que-no-estamos-preparados/